viernes, mayo 18, 2007

Los sueños, sueños son

No hubo milagro y la Roma se hizo ayer con su octava copa de Italia y con su primer título en las últimas 6 temporadas (el último fué la Supercopa de Italia en agosto de 2001, previo a la liga conquistada meses antes).
Los romanistas partían con una amplísima ventaja, un 6-2 de la ida prácticamente irremontable. Pero en fútbol nunca se puede hablar antes de hora y era preciso esperar a la disputa del partido de vuelta en un semivacio San Siro para ratificar la consecución del título.

Roberto Mancini quitaba a Maxwell del once titular tras el mal partido del brasileño en la ida. Toldo formaba bajo palos con Maicon en el lateral diestro, Zanetti en el izquierdo y Córdoba y Burdisso (que entraba por el sancionado Materazzi) en el centro de la defensa. Vieira y Cambiasso formaban en el doble pivote con Stankovic por delante suyo y una línea de tres puntas con Figo abierto a la derecha, Mariano González (por Adriano) a la izquierda y Crespo en punta.
Luciano Spalletti varió muy poco el once de la ida, introduciendo una única novedad, la de Aquilani por David Pizarro en el centro del campo. Doni, Panucci, Ferrari, Mexés, Chivu, De Rossi, Perrotta, Taddei, Mancini y Totti completaba la formación inicial romanista. La Roma aguantó bien las acometidas neroazzurras durante el primer tiempo.

El muro defensivo no tenía fisura alguna y los jugadores de Mancini tampoco parecían creer al 100% en una épica remontada a medida que iban trascurriendo los minutos, lo cual restaba "punch" y facilitaba las cosas a los giallorossi. Pese a ello el Inter fué dueño absoluto de los primeros 45 minutos en los que se sucedieron la ocasiones de gol para los interistas, ocasiones bien abortadas por la buena actuación de Doni, por la falta de suerte y por la "poca ayuda" del colegiado que no vió dos penaltys reclamados por los de Mancini.
González y Figo abrían mucho el juego y Stankovic batallaba duro por el centro. Un disparo suyo impactó en el travesaño y posteriormente otro rozó el poste derecho. Crespo lo intentó pero otro lanzamiento suyo fué perfectamente atajado por un Doni muy inspirado.
El Inter se jugaba el todo por el todo y hacía saltar a Cruz al césped en el minuto 26 retirando a Vieira.

Al término del primer tiempo seguía inamovible el marcador y la Roma comenzaba a preparar los festejos del título. Festejos que, por un momento, se vieron cancelados con dos tantos del Inter en tan solo 6 minutos que hacían soñar a los de Mancini. Crespo abría el marcador en el minuto 50. Maicon centraba por la derecha y el argentino cabezeaba de espaldas ajustando el cuero al poste derecho, sorprendiendo a Doni.
El Inter se venía arriba y Cruz conseguía el segundo en el 56'. De Rossi perdía un balón en el centro del campo que Figo recogía, trazando una pared con Crespo y abriendo a la izquierda donde Cruz, libre de marca, fusilaba por bajo a Doni estableciendo el peligroso 2-0.
2 goles más darían al Inter el título. El fantasma de Old Trafford planeaba sobre el banquillo romanista, pero los de Spalletti no se asustaron y gestionaron con suficiencia el acoso rival saliendo con peligro a la contra y forzando en una de ellas la expulsión de Córdoba en el 71' por agarrón a Mancini.
La superioridad numérica dió mayor tranquilidad a la Roma que se hizo con el control del juego disponiendo de una clara ocasión en los pies de Taddei antes de matar la eliminatoria con un gol de Perrotta en el 81', interceptando este un disparo de Totti desde la frontal y desviando su trayectoria al fondo de las mallas del marco de un descolocado Toldo. La expulsión de Panucci en el 90' quedaba en pura anécdota.

El megalítico Inter se queda "solamente" con el Scudetto y la Supercopa. La Copa y la Champions (eliminado a las primeras de cambio por el Valencia) se le escapan de las manos y, pese a la increíble superioridad en una devaluada liga, los de Mancini no desprenden la grandeza y el poderío de un dominador tan sólido de un fútbol tan relevante como el italiano, dando el Milan una mayor sensación de superioridad futbolística pese a haberse quedado muy lejos del Inter en la liga confirmando que, en los momentos clave, los neroazzurri sigue siendo el "pupas" transalpino. La Roma se lleva un título que hace justícia a la buena temporada desarrollada por los de Spalletti, que han dado una buena imágen en liga (único equipo que ha podido vencer al Inter), Champions (llegó a cuartos donde logró derrotar al United en la ida considerando el 7-1 de la vuelta una "pájara" futbolística) y copa (campeones).

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