domingo, octubre 15, 2006

El protagonista : Juninho Pernambucano

El alma del Olympique de Lyon es única, inconfundible e incontestable y responde al nombre de Juninho Pernambucano. Y es que el brasileño que cumple su séptima temporada en el cuadro francés es el auténtico motor del pentacampeón de liga que busca su sexto título consecutivo.
Recibía el "OL" a uno de sus más acérrimos rivales, el Saint Etienne, en un derby de altura que respondió a las expectativas de emoción y entrega hasta el final.
No podía permitirse el equipo de Houllier un tropiezo en Gerland en el "clásico" más aún bajo el acoso del Olympique de Marsella en la clasificación. Y cerca estuvo el equipo lyonés de verse sorprendido por un Saint Etienne que jugó sin complejos y mostrando el porqué de su buena clasificación en la Ligue 1. El 0-0 con que se llegó al descanso y la falta de ocasiones por parte de los delanteros locales hacían presagiar que sería más que complicado obtener los 3 puntos.
Pero Juninho no se esconde y una vez más se puso al equipo en sus espaldas y "tiró del carro" en la segunda mitad.
Sin Fred ni Carew, la delantera cojeaba un tanto con un Benzema poco inspirado y un Wiltord muy batallador pero poco resolutivo. Por tanto la única via por la que perforar las redes de la meta del excéntrico Janot era a través de las botas y la magia del brasileño. Y Juninho cumplió con el guión.
Avisó con un lanzamiento de falta marca de la casa que rechazaba de forma excelente Jérémy Janot y poco después repartía el mediapunta una gran asistencia a Tiago en la jugada del 1-0, viendo perfectamente la entrada del portugués y sirviendo en corto para que el centrocampista resolviera con un toque de calidad superando la salida del guardameta visitante.
El empate del Saint Etienne tres minutos después rompía el júbilo de Gerland pero el internacional carioca de 31 años no cesó en su empeño asumiendo la responsabilidad de ejecutar el penalty cometido sobre Malouda en el 82' de juego. Janot acertó a rechazar la pena máxima y la labor de Juninho quedó un tanto empañada, pero como toda heroica película acabó con un final feliz, a dos minutos de cumplirse el tiempo reglamentario, momento en el que resolvió con calidad una gran jugada de Malouda por banda izquierda, cuya asistencia colocó el brasileño libre de marca en el interior del área y al primer toque con su pie derecho lejos del alcance del portero que veía impotente como se escapaba la oportunidad de lograr sacar un punto del campo del líder y eterno rival.
Edmilson, Essien y Diarra eran piezas clave del éxito del Olympique y auténticos estandartes del equipo, pero pese a su marcha el club francés sigue elaborando un juego de altura y conserva intactas las opciones de éxito tanto a nivel local como en la liga de campeones reponiéndose año tras año de la venta de jugadores franquicia. Muchos se preguntan que sería de este equipo sin la presencia de Juninho Pernambucano. Su liderazgo, la visión de juego que atesora, la maestría con la que dirige al equipo, sus providenciales goles, el respeto que infunde a los rivales...hacen que el ex de Vasco da Gama merezca un mayor reconocimiento público a su intachable trayectoria en el fútbol francés. Los premios parecen serle esquivos pero no ha hecho ni un mérito más ni uno menos que los eternos candidatos a los FIFA World Player o los Balones de Oro. Desde footgol abogamos a que, de una vez por todas, Juninho Pernambucano sea reconocido como el gran jugador que es.

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