jueves, abril 26, 2007

La crónica : Chelsea 1 - Liverpool 0

Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío y el Chelsea empezó a ejecutar la suya propia tras el buen resultado logrado anoche en Stamford Bridge ante el Liverpool.
El 1-0 y especialmente el mantener la porteria a cero deja la eliminatoria muy de cara para los de Mourinho que tratan de desquitarse de la eliminación sufrida hace dos temporadas ante los reds en la misma eliminatoria con un gol "fantasma" logrado por Luis Garcia.

El de ayer volvía a ser un partido púramente táctico, con dos técnicos de corte estratégico comandantes de sus respectivas escuadras, practicantes de un fútbol que se aleja de la improvisación y la espontaneidad y recurren a la pizarra y al replanteo de guión en función del minuto de partido y del resultado reflejado en el marcador.
Chelsea y Liverpool partían con novedades en sus onces.
Los blues formaban con Cech bajo palos, Ferreira, Carvalho, Terry y Ashley Cole en defensa, un triángulo con Mikel y Makéléle en la base y Lampard por delante y una línea delantera compuesta por Joe Cole, Shevchenko y Drogba.
Los reds alineaban a Reina en la portería, a Arbeloa, Carragher, Agger y Riise en defensa, Mascherano y Xabi Alonso en el doble pivote con Gerrard desplazado a la derecha y Zenden a la izquierda. Por delante Kuyt y Bellamy.
Essien se quedaba fuera de la convocatoria londinense por sanción, Ashley Cole volvía tras lesión reemplazando a Bridge y Joe Cole significaba la gran novedad del once de Mourinho reemplazando a Kalou, habitual titular las últimas jornadas que se quedaba de inicio en el banquillo.
Benítez restaba físico y centímetros prescindiendo de Sissoko en el medio centro e introducía a Mascherano como compañero de Xabi Alonso en la medular. Zenden entraba por Pennant mientras que para la punta optaba por la dupla Bellamy-Kuyt en detrimento de Crouch.
La traducción a nivel táctico ofrecía poca transgresión en el libro de estilo llevado por Mourinho esta temporada y mucha en el inculcado por el técnico español del Liverpool.

Nada nuevo en la defensa "blue", con un Ferreira que poco a poco ha ido asentándose en el lateral derecho a falta de otro jugador de perfil adeucado tras ver perdida su condición de imprescindible en esa demarcación a principio de temporada. Centro del campo muy trabajador y físico y delantera con un hombre muy abierto a banda y desequilibrante como Joe Cole pese a no estar en una perfecta condición física al salir de una larga inactividad por lesión (se le vió muy cansado sobre el césped).

Novedades en el once "red", con Arbeloa de nuevo titular ante la ausencia de Finnan por lesión y la buena actuación mostrada ante Barcelona y PSV. Menos trabajo y contundencia en el centro del campo retirando al maliense Sissoko e introduciendo a un jugador más completo como el argentino Mascherano, buscando una mejor distribución del balón, seguramente ante el riesgo de tener muy marcado a Alonso por parte de los medios del Chelsea. Gerrard era ubicado en la banda derecha, muy pegado a la cal, con Zenden situado en la izquierda tratando de abrir mucho el campo, buscar la espalda de Cole en sus subidas y encarar a Ferreira, un jugador claramente superable en velocidad y evitar la zona central, un muro lleno de físico con las líneas muy juntas, prácticamente inexpugnable.
No era un mal planteamiento sobre el papel, algo que sobre el campo dejó de tener sentido. A Arbeloa se le encomendó la labor de "secar" al hombre rápido de banda del rival, algo que ya hizo con Messi en la eliminatoria frente al barça. Joe Cole fué su presa en un marcaje individual que no fué, ni de lejos, igual de efectivo que el que realizara al crack argentino. Agger se las vió y se las deseó para frenar al poderosísimo Drogba. Riise dejaba de lado sus características incursiones por banda izquierda y Gerrard abandonaba la banda y se trasladaba a la zona central, dejando el carril derecho desierto ante la ausencia de subidas de Arbeloa. Su mayor peligro, de nuevo, los disparos desde fuera del área. Zenden trataba de encarar aunque nunca pudo librarse de la marca y sus centros por la izquierda fueron recortando y acomodándose el balón a la derecha. Xabi Alonso, afortunadamente libre de marca y el mejor del encuentro por parte visitante, trataba de poner orden a un entuerto plagado de centros colgados al área ausentes de rematador (con Crouch mirándoselo en el banco), lo que le permitió maniobrar sin resultado frente a la odernadísima defensa del Chelsea. Kuyt bajaba en exceso a buscar los balones que Alonso no podía distribuir, dejando a Bellamy muy solo en punta y restando efectivos y en consecuencia peligro al ataque del Liverpool. Del galés y de Mascherano (al que le vino enorme el encuentro) ni rastro.
Ubicar a Pennant, un jugador más vertical y valiente en el uno contra uno, desplazar a Bellamy a la izquierda substituyendo a Zenden (voluntarioso pero lento) y situar a Crouch junto a Kuyt en punta podría haber sido un planteamiento más valiente y arriesgado. Más físico en la medular con Sissoko podría haberle dificultado más las cosas en ataque al Chelsea, que no tuvo obstáculo alguno en los centrocampistas del Liverpool.

Mourinho siguió a lo suyo. Ashley Cole subió poco (ambos técnicos dejaron en la retaguardia a sus laterales ante el temor de sorprendentes contras), Mikel estuvo notable ejerciendo de pivote defensivo, distribuyendo bien con buenos cambios de sentido en forma de medidos desplazamientos largos y cortando, recuperando y ayudando en defensa. Lampard siguió de comodín, tanto en ataque como en defensa, mientras que Shevchenko, abierto a la banda en continua alternancia con Joe Cole fué, de nuevo, la nota discordante de los "blues" sin aportar mucho riesgo en ataque.

Los guardametas perfectos en sus actuaciones. Cech tuvo poca faena y la única relevante (un disparo de Gerrard desde fuera del área) lo sacó magistralmente. Nada a reprochar a Reina en el gol y mucho a aplaudir al guardameta español que sacó dos paradones, uno en el primer tiempo y otro en el segundo a disparo de Lampard, que evitaron un mal mayor en forma de diferencia en el marcador.

El Liverpool se vió muy superado por un poderoso Chelsea. Impotente, sin ideas, al borde de la desesperación, bien fijado...los de Benitez aportaron bien poquito frente a un Chelsea que decidió pisar el freno y gestionar el 1-0 que buscar la sentencia. Chelsea y Liverpool jugaron un partido sin control, salvo el poquito raciocinio que trató de poner Xabi Alonso en el segundo tiempo. Dos equipos que no quieren el balón no pueden dejarlo en el punto central y esperar que alguien lo coja y fué el cuadro de Anfield quien se encargó de ello sin excesiva recreación. Transiciones rápidas, idas y venidas constantes, desplazamientos largos y ninguna intención de tocar el balón (Cech sacaba de puerta siempre en largo rifando el esférico al mejor postor) eran el cultivo ideal para que en un descuido llegara el gol, el único, en el minuto 29 de juego.
Y ese descuido fué una jugada 100% Chelsea. Recuperación en defensa, transición eléctrica (con una carrera en diagonal de Carvalho conduciendo el cuero), cesión en largo a Drogba que asistió a la entrada de Cole y gol a bocajarro del extremo quien dejó por el camino a Arbeloa, otro al que el partido le vino excesivamente grande.

Los cambios no aportaron mucha diferencia a lo visto en el primer tiempo. Crouch entraba por Bellamy en el 52' pero el gigante, muy bien fijado por la defensa, no hizo más que pelearse con los centrales en cada balón colgado al área. Mourinho situó a Kalou, un hombre más de banda que "Sheva" en el 75' aunque quizás le hubiera salido mejor la jugada poniendo de inicio al marfileño que no tuvo mucho tiempo de aportar peligro. La extraña subsitutión de Xabi Alonso (por Pennant en el 82') y la más lógica del exhausto Joe Cole (por Wright-Phillips en el 84') no aportaron nada significativo.

Pese a corto, el 1-0 es un magnífico resultado para encarar la vuelta en una eliminatoria que, a priori, ofrece menos alternativas que la protagonizada por Manchester y Milan. El crédito del Liverpool parece haberse agotado y su acceso a semifinales se debe quizás más al mal momento de sus rivales que al bueno propio. El peor barça de los últimos 4 años y el frágil PSV fueron metas muy asequibles en relación a este Chelsea al que le ha llegado, por fin, la hora de acceder a una final de liga de campeones tras el increíble desembolso económico inyectado por Abramovich. Hasta que no pita el final el árbitro todo es posible, pero parece claro que la fria venganza está a la vuelta de la esquina.

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1 Comments:

Blogger Bernat y Roger said...

El Chelsea estará en la final, no tengo ninguna duda

2:00 p. m.  

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