miércoles, enero 17, 2007

Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto

Inter, Manchester United, PSV, Celtic, Oporto, Olympique de Lyon...saborean las mieles del éxito. Pero, por contra, existe una serie de equipos que no lo está pasando nada bien en sus respectivos campeonatos. Algunos de ellos luchan por eludir los puestos de descenso y otros ven como sus esperanzas depositadas en un hipotético éxito al planificar sus plantillas a principio de temporada se desvanecen como el vapor de una cafetera.

El Hamburgo es quizás el equipo que mejor encarna el estrépito. Se presentaba el equipo de Thomas Doll ante una gran ocasión de estabilizarse entre los grandes del fútbol alemán. Tras 3/4 de campaña 05/06 en una cerrada lucha con el Bayern por hacerse con la Bundesliga, acusó en exceso el ver como en una catastrófica recta final de calendario los bávaros se escapaban en la tabla y el Werder Bremen acababa alcanzándoles en la segunda posición, viéndose rebasados en la última jornada perdiendo el acceso directo a la fase de grupos de la Liga de Campeones. Una profunda renovación de la plantilla trajo a Hamburgo a 9 caras nuevas (invirtiendo los 25 millones de euros recibidos en concepto de traspasos de 7 jugadores). La victoria en la fase previa de la Champions ante Osasuna y la alta calidad del equipo presagiaba que el Hamburgo culminaría otra buena temporada. Pero a la postre todo ha sido una auténtica pesadilla. Penúltimo a 4 puntos de la salvación, con 1 sola victoria en 17 encuentros de liga y 1 en 6 de liga de campeones (el resto de partidos los perdió). Varios jugadores están abiertamente enfrentados a sus aficionados como el defensa Atouba o el delantero Sanogo, que son silbados e insutados en su propio campo y pese a la presencia de hombres como Van der Vaart, Sorin, Kompany, Mathijsen, De Jong, Guerrero o Lauth, parece que la marcha de tres pesos pesados como Van Buyten (al Bayern), Boulahrouz (al Chelsea) y Barbarez (al Leverkusen) ha sido muy perjudicial para los intereses de un equipo que, sorprendentemente, aún conserva en su banquillo al mismo técnico en un alarde de confianza que puede salirle muy caro a la directiva del club del norte de Alemania.

En Alemania se da otro caso de decepcionante trayectoria proyectada en la imagen del Borussia Dortmund. La marcha de 3 "pesos pesados" como son Köller, Rosicky y Odonkor fué teóricamente bien cubierta por Valdez, Frei, Pienaar y Tinga. Con un equipo con mucha sangre joven que tira de la cantera con bastante acierto se pedía más de este Borussia que está noveno de la Bundesliga a 5 puntos de la UEFA habiendo empatado 7 partidos y perdido 5 (con destitución de entrenador de por medio) que suponen una losa en forma de amplia distancia con el líder que a dia de hoy se cifra en 14 puntos.

En Inglaterra pocos creían, tras la llegada de dos superclase como Tévez y Mascherano, que el West Ham sería, tras 23 jornadas de liga, el antepenúltimo clasificado de la Premier, más aún tras la buena temporada 05/06 en la que el equipo entrenado por Alan Pardew (relevado en el cargo hace 1 mes por Alan Curbishley) se clasificó para la UEFA (al quedar finalista de la FA Cup ganada por el Liverpool, que se clasificó para liga de campeones y cedió la plaza). 3 puntos separan al West Ham del Wigan, que está por encima suyo con un partido menos en su haber. 14 derrotas son una dura carga difícil de soportar y los hammers huelen a descenso.

No mucho mejor está el Aston Villa, un histórico venido a menos y que dió un atisbo de revelación en las primeras jornadas de liga pero que se ha desinflado alarmantemente. Los de Martin O'Neill, que llegaba del Celtic para substituir a David O'Leary que a su vez fracasó en su proyecto en el club de Birmingham en las dos temporadas precedentes, son decimoquintos a 7 puntos del descenso y acumulan 11 empates en 23 partidos.

En Francia aparecen dos nuevos casos de suspenso a mitad de curso. El PSG afrontaba la presente campaña con ánimos renovados tras ganar la copa francesa derrotando al Olympique de Marsella (su más acérrimo rival) pero ya se veía que los refuerzos (a excepción de Mickaël Landreau) carecían de nivel suficiente como para elevar al equipo parisino a lo más alto de la Ligue 1. 6 meses después el Saint-Germain es decimoséptimo (con un partido menos) a solo 2 puntos del descenso y suma ya 8 derrotas en 19 encuentros. Pese a los goles de Pauleta (una vez más, pichichi provisional de la liga francesa), el PSG ha tenido que recurrir a un cambio de entrenador (Paul Le Guen suple a Guy Lacombe) y a la llegada de un veterano como Marcelo Gallardo para tratar de enderezar un rumbo preocupantemente perdido desde el inicio.

El Mónaco no se parece en nada a aquel glorioso finalista de liga de campeones. Bien reforzado en el mercado estival (Köller, Yaya Touré, Monsoreau, Leko o Bolívar) los monegascos trazan una pequeña reacción que les ha elevado a una decimoquinta plaza que han alcanzado con mucho esfuerzo después de verse inmersos en el descenso durante la práctica totalidad de lo que va de temporada. Las 9 derrotas no deberían dejar crecer a un equipo que aspira a Europa, aunque lo apretado de la zona media de la tabla permite que el equipo del principado esté a solo 9 puntos de UEFA, una distancia más que asumible en lo que queda de calendario y con la buena dinámica del equipo.

El Udinese del campeón del mundo Iaquinta tenía ante si la oportunidad de luchar por el Scudetto tras la dura sanción impuesta a Milan y Fiorentina y el descenso de la Juventus. Los de Udine partían como un animador del torneo junto a Inter, Roma y Lazio. Pero la profunda renovación del vestuario ha provocado que el equipo de Friuli no haya sido capaz de encontrar una filosofía de juego y un diseño táctico bien cimentado y apropiado para acercarse a los puestos cabeceros. Tras 19 jornadas se sitúa en una fría décima plaza de la Serie A con 8 derrotas y viéndose superado por equipos que partían con puntos negativos en la primera jornada de liga como Milan o Lazio. Una auténtica lástima para este equipo que la pasada campaña tuvimos ocasión de ver en la Champions League y que toma la bandera de las decepciones en el país transalpino.

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