Jugador de la Jornada 19 : Franck Ribéry
Tras una jornada 18 con premio al mejor jugador desierto, la decimonovena de campeonato sí dió motivos para otorgar de forma honorífica tal condecoración a algunos jugadores.
La pesadilla de España en su enésimo fracaso en una competición de primer nivel tuvo un nombre por encima del resto. Y es que Franck Ribéry dió motivos suficientes para acallar algunos de los rumores que circulaban acerca de su potencial y merecimiento de formar parte de la titularidad en la selección francesa. Ribéry firmó una de sus mejores actuaciones de la temporada (y ya van varias) tirando de casta y clase. Lanzó al equipo arriba cuando más lo necesitaba, con el marcador abajo y poca llegada al área española. Fué entonces cuando el jugador del Olympique de Marsella asumió mucha de la responsabilidad reservada a pesos específicos de la plantilla como Zidane, Vieira o Henry y con su garra motivó la reacción de los bleus.
Ribéry tiró de repertorio y lució en la media punta, ligeramente avanzado de su demarcación natural, compartiendo línea con Zidane y Malouda y aplicando el frescor y la velocidad que el equipo necesitaba y que el primero no podía ofrecer debido al más que evidente paso del tiempo y el segundo era incapaz de aportar, demasiado apático y bien contenido por Pernía cuando encaraba el ataque por la banda derecha, posición que no beneficia nada al mediapunta zurdo del Olympique de Lyon.
Suyo fué además el gol clave, el marcado a pocos minutos del final de la primera parte tras un perfecto contrataque que culminó con clase esquivando la salida de Casillas sobrado de fuerza y desborde, sacando al sprint varios metros tanto a Puyol como a Pablo.
Ribéry tuvo una infancia difícil. Un accidente de tráfico cuando era niño le marcó para siempre, dejándole secuelas físicas evidentes en su rostro que le perjudicaron mucho en su etapa como escolar, convirtiéndose en la mofa de sus compañeros que le apodaban "quasimodo". La marginación le curtió y la rabia contenida la sacó en el terreno de juego, ganando en agresividad y electricidad en su juego que ya gozaba de excelente visión de juego. Un cocktel explosivo que hacen de él, a sus 23 años, el relevo generacional de una selección anclada en el pasado repleta de veteranos jugadores.
El ex-jugador entre otros de Metz y Galatasaray tenía muchas "novias" antes del partido de ayer. El nombre del todopoderoso Lyon planeaba por Marsella. El dia después del choque, el de la resaca francesa traerá, clasificación para cuartos aparte, una notable alza en la cotización de Franck Ribéry.
Etiquetas: Mundial 2006
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