lunes, abril 24, 2006

El protagonista : Robbie Keane


Robbie Keane es uno de los jugadores más en forma de un Tottenham que se encuentra a 2 partidos de lograr entrar en la Liga de Campeones por primera vez desde que se creara el nuevo formato de lo que se conocía como Copa de Europa de Clubes.
Con su gol en Highbury ya suma 15 en liga de los cuales 9 los ha transformado en los últimos 11 partidos.
Sin haber empezado la temporada como fijo en las alineaciones de Martin Jol (tan solo fue 1 vez titular en las 12 primeras jornadas), desde la jornada 21 se ha convertido en el jugador referencia del ataque de los Spurs ganándose la confianza de Jol y sentando en el banquillo a Jermain Defoe.
A Robbie Keane le ha costado encontrar un club en el que establecerse y asentarse como jugador. Este irlandés de 25 años (que ya acumula 60 internacionalidades) empezó jugando en el South Dublin donde con 10 años se le pagaban 50 peniques por cada gol. Como profesional debutó de la mano del Wolverhampton en 1997 donde marcó 29 goles en 88 partidos. Dos años después fichó por el Coventry que pagó 9 millones de euros por él y donde marcó 12 goles en 34 partidos. Un año más tarde llegaría la gran sorpresa cuando ficharía por el Inter que desembolsó 13’5 millones de euros. La mala suerte se cebó con Keane que veía como su valedor, Marcello Lippi, era destituído al poco de iniciarse la temporada. Su substituto, Marco Tardelli, le comunicó que no contaba con él y se fue cedido al Leeds en el mercado de invierno. Tras anotar 9 goles en 14 partidos, David O’Leary se apresuró en contratarle y el Leeds se quedó con él por 13 millones de euros. En 2002 llegaría su último traspaso, el definitivo, en el que el Tottenham supo aprovecharse de la dolorosa situación económica del Leeds (que le condenó al descenso) y se llevó a Keane por unos 8 millones de euros.
Jugador conflictivo, Keane ha protagonizado algunos incidentes como una pelea con Edgar Davids en un entreno en diciembre de 2005 o destrozar el vestuario del Birmingham en abril de ese mismo año al ver como Jol no le hacía entrar al terreno de juego y agotaba los 3 cambios quedándose él en el banquillo.
En lo futbolístico Robbie Keane es un jugador eléctrico. Su rapidez y agresividad le convierten en un delantero muy difícil de contener. La velocidad con la que ejecuta muchas de sus acciones son muy difíciles de controlar por parte de los guardametas rivales que, cada vez que Keane recoje el balón, deben agudizar sus reflejos para evitar ver el balón en el fondo de las mallas de la portería que defienden sin haber visto de qué manera ejecutaba el irlandés el disparo.
Un jugador idóneo para la Premiership que lejos de Inglaterra (experiencia italiana al márgen) tendría muchas dificultades de adaptación.